Muchos docentes creen que cada estudiante aprende mejor según un estilo: visual, auditivo, kinestésico o lector. La idea parece lógica: adaptar la enseñanza a ese estilo debería mejorar el rendimiento. Sin embargo, en el ámbito de la neuroeducación es fundamental separar las modas pedagógicas de los enfoques respaldados por datos.
En este artículo analizamos qué son los estilos de aprendizaje, qué dice la evidencia reciente, cuáles son los riesgos de sostener esta creencia y qué estrategias basadas en la ciencia funcionan mejor. Finalmente, exploramos cómo este debate se vincula con el Doctorado en Neuropedagogía de la Universidad CESUMA.
¿Qué son los “estilos de aprendizaje”?
Los estilos de aprendizaje son clasificaciones que sostienen que las personas aprenden mejor si la información se adapta a un canal específico. Ejemplos:
- Visual: aprendizaje con imágenes y esquemas.
- Auditivo: aprendizaje con explicaciones orales.
- Kinestésico: aprendizaje con práctica y movimiento.
- Lector: aprendizaje mediante lectura y escritura.
También existen modelos más elaborados como VARK, Kolb o Felder-Silverman. En general, todos parten de dos supuestos:
- Que cada persona tiene una preferencia estable de aprendizaje.
- Que adaptar la enseñanza a esa preferencia mejora los resultados.
¿Qué evidencia existe en estudios recientes?
Meta-análisis y revisiones sistemáticas
El meta-análisis de John Hattie y Timothy O’Leary (2025), Learning Styles, Preferences, or Strategies?, revisa 17 meta-análisis y concluye:
- Coincidir la enseñanza con el estilo preferido del alumno tiene un efecto casi nulo en el rendimiento académico.
- Las correlaciones entre preferencias y resultados son débiles y no prueban causalidad.
Percepción vs práctica
Otro estudio muestra que más del 50 % de los profesores cree en los estilos de aprendizaje, aunque pocos adaptan realmente sus clases. Muchos reconocen que la teoría presenta fallas conceptuales importantes (fuente: National Center for Biotechnology Information).
¿Por qué persiste esta creencia?
- Es intuitiva: todos tenemos preferencias personales.
- Se difunde en la capacitación docente sin suficiente revisión crítica.
- Se asocia con la idea de personalización educativa.
- Se refuerza a través de materiales y recursos populares.
¿Realmente mejoran el aprendizaje?
La investigación muestra que:
- Las pruebas de coincidencia entre estilo y enseñanza tienen impacto insignificante.
- Las preferencias existen, pero no predicen qué estrategia es más efectiva para aprender.
En contraste, lo que sí funciona incluye:
- Práctica espaciada para mejorar la retención.
- Recuperación activa, como responder preguntas o recordar sin apuntes.
- Retroalimentación efectiva, clara y específica.
- Elaboración de explicaciones y conexiones con conocimientos previos.
- Diseño instruccional adaptado a la complejidad de la tarea, no a estilos fijos.
Posibles perjuicios de sostener el mito
- Uso de tests y diagnósticos innecesarios.
- Rigidez pedagógica, al limitarse a un solo estilo.
- Frustración estudiantil si se cree que el estilo no fue atendido.
- Desvío de tiempo y recursos de lo que realmente funciona.
Estrategias basadas en evidencia
Para docentes y estudiantes del Doctorado en Neuropedagogía en CESUMA, conviene apostar por:
- Enseñar estrategias de aprendizaje, no estilos fijos.
- Aplicar recuperación activa en clases y evaluaciones.
- Incorporar práctica espaciada a lo largo del curso.
- Dar retroalimentación específica y oportuna.
- Usar multimodalidad (texto, imagen, audio, práctica), no para adaptarse a un estilo, sino para reforzar la comprensión.
Aplicaciones en el Doctorado en Neuropedagogía de la Universidad CESUMA
- Módulos académicos: análisis crítico de los estilos de aprendizaje y su falta de evidencia.
- Proyectos de investigación: comparar diseños instruccionales con estilos vs estrategias efectivas.
- Formación docente: desarrollo de materiales basados en multimodalidad y evidencia neurocientífica.
- Propósito institucional: formar profesionales capaces de diferenciar entre mitos educativos y prácticas validadas científicamente.
Conoce más sobre el Doctorado en Neuropedagogía de la Universidad CESUMA.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Son reales los estilos de aprendizaje?
Existen como preferencias, pero no hay evidencia sólida de que mejoren el aprendizaje al adaptar la enseñanza a ellos.
¿Por qué siguen enseñándose?
Porque resultan intuitivos y han sido difundidos en capacitaciones docentes sin revisar a fondo la investigación.
¿Qué riesgos tiene creer en ellos?
Puede llevar a estrategias ineficaces, frustración en estudiantes y pérdida de tiempo en lugar de aplicar métodos probados.
¿Qué estrategias sí funcionan?
La práctica espaciada, recuperación activa, retroalimentación efectiva y la multimodalidad tienen respaldo empírico sólido.
¿Qué propone CESUMA en su Doctorado en Neuropedagogía?
Formar profesionales que integren evidencia neurocientífica y pedagógica, evitando mitos y diseñando intervenciones educativas efectivas.
Conclusión
Los estilos de aprendizaje son más mito que realidad. La evidencia indica que adaptar la enseñanza a una preferencia sensorial no mejora resultados. En cambio, la ciencia respalda estrategias como la práctica espaciada, la recuperación activa y la retroalimentación efectiva.
Para quienes buscan excelencia educativa, el Doctorado en Neuropedagogía de la Universidad CESUMA ofrece una formación crítica, rigurosa y transformadora que permite distinguir entre mitos pedagógicos y prácticas basadas en evidencia.
Si quieres profundizar, revisa el meta-análisis de John Hattie y Timothy O’Leary (2025): Learning Styles, Preferences, or Strategies?